Rápido y fiable
Uno de los requisitos más importantes que se debe exigir a la infraestructura de cableado de un edificio es la capacidad de soportar volúmenes de datos en rápido crecimiento. Las aplicaciones de banda ancha, tales como las videoconferencias, experimentaron un auge ante las restricciones de viaje en la pandemia del COVID-19, y mientras una persona celebra su reunión en línea con compañeros y socios comerciales desde la oficina en casa, otros ‘devoradores’ de ancho de banda pueden estar solicitando, desde casas cercanas, servicios de streaming como Netflix y Spotify.
Independientemente de si se trata de una aplicación empresarial o de una actividad de ocio, todos los usuarios quieren que sus aplicaciones funcionen con fluidez, sin trompicones ni caídas.
Además, hay otras tareas que también hay que atender en la oficina/edificio inteligente: el control de accesos, protección contra incendios, vigilancia contra robos, supervisión y control de instalaciones como ascensores, escaleras mecánicas o puertas automáticas, videovigilancia y mucho más. La tecnología de control, los sistemas de accionamiento y los sensores están estrechamente relacionados en un edificio inteligente. Esto, a su vez, plantea exigencias extremas de fiabilidad y disponibilidad.
Asimismo, el espacio de las oficinas debe poder utilizarse de forma mucho más flexible. Cuando se eliminan niveles jerárquicos, se crean grupos de proyectos temporales o aumenta la proporción de trabajadores en casa o en movilidad, esto se refleja también en la organización de los puestos de trabajo de la oficina, y rápidamente surge la pregunta de si el cableado del edificio está a la altura: ¿Los ordenadores, las impresoras y los routers locales tienen realmente acceso a la red en el lugar previsto?
No todas las contingencias pueden contemplarse desde el principio. Por ello, es aún más importante que la tecnología de red sea adaptable y crezca con los requisitos tecnológicos. Por ejemplo, la instalación de líneas adicionales no debe fracasar porque los repartidores de zona limiten el número de conexiones posibles o las tecnologías que se pueden utilizar, los conductos de cables existentes estén ya totalmente ocupados o el cableado adicional suponga un coste elevado.
Se necesitan nuevos conceptos
Ya sea una empresa, la administración pública, una escuela o un hospital, nada funciona hoy en día sin el procesamiento de información. Pero a menudo se presta muy poca atención a la infraestructura básica, el cableado estructurado y, sin embargo, el asombro es mayúsculo cuando los cables dejan de funcionar, ya sea porque los enlaces están sobrecargados o porque simplemente están anticuados.
Pero incluso los que quieren actuar con previsión se enfrentan a decisiones difíciles: ¿Nueva instalación, ampliación o reforma? Por regla general, una nueva instalación solo será posible en edificios que no estén en uso, aprovechando, por ejemplo, una reforma importante, ya que entonces este proyecto también debería ser económicamente viable. Por otro lado, no es raro que sea necesario realizar cambios durante las operaciones en curso. En estos casos, la única opción es complementar la infraestructura existente o sustituir partes de ella para adaptar el cableado a los requisitos mencionados: ancho de banda, latencias, fiabilidad y disponibilidad. Para ello, no sólo hay que tomar como base la demanda actual, sino que el planificador debe tener en cuenta la evolución en los próximos años, ya que la digitalización no cesará. En otras palabras, las capacidades necesarias seguirán aumentando considerablemente.