Los pros y los contras de las redes domésticas Wi-Fi
Artículo divulgativo escrito por los especialistas de la compañía española KDPOF.
Wi-Fi, como tecnología para redes domésticas, posee grandes ventajas al eliminar la necesidad de cables para establecer un enlace. La ausencia de cableado en este tipo de redes permite el uso de dispositivos móviles en todo el hogar sin los costes adicionales ni las interferencias de la infraestructura de cable.
Esta ausencia de cableado, que supone el mayor beneficio de Wi-Fi sobre alternativas basadas en cable, explica su tremendo éxito en redes domésticas. Sin embargo, como Wi-Fi es un medio de comunicación compartido que debe ser utilizado por múltiples usuarios, se ve afectado fácilmente por el entorno y puede causar problemas de salud. Además, parece claro que las restricciones irán aumentando a pesar de los esfuerzos tecnológicos.
Congestión en redes Wi-Fi
La congestión en redes domésticas Wi-Fi crece no sólo por el mayor número de personas que residen en cada hogar, sino también por las interferencias de los vecinos que utilizan la misma tecnología inalámbrica. Dicha congestión se traduce en degradación de rendimiento con ancho de banda, velocidad y calidad de señal poco predecibles.
También es sabido que el embotellamiento se puede minimizar con el uso de diferentes canales en el rango de frecuencia o bandas Wi-Fi. No obstante, la legislación limita el número de canales disponibles y, como el número de usuarios crece, la congestión se convertirá en un problema cada vez más importante.
Esta congestión también “empeorará” ante la mayor cantidad de personas que adoptan Wi-Fi, especialmente en hogares pequeños y edificios residenciales.
La forma más obvia de intentar superar este inconveniente es incrementar el nivel de potencia de señal de las redes Wi-Fi. Sin embargo, como antes se mencionaba, la normativa delimita la máxima potencia de equipos inalámbricos y restringe esta alternativa.
En un intento por responder a las quejas de los usuarios por el embotellamiento de la red, los operadores de telecomunicaciones están adoptando en sus instalaciones las últimas bandas de frecuencia aprobadas. Estas bandas operan en frecuencias superiores del espectro, posibilitando el uso de más canales. Aunque esto parece que mitigará la limitación de rendimiento, sólo lo logrará durante un determinado tiempo, ya que el ratio de crecimiento de usuarios Wi-Fi hará que las nuevas bandas y sus canales se vuelvan a colapsar.
La construcción de edificios impacta en redes Wi-Fi
Además del inconveniente del embotellamiento, la tecnología Wi-Fi también sufre el impacto de la construcción del edificio, que representa otro problema en hogares de mediano y gran tamaño. El alcance espacial de Wi-Fi está restringido y depende de la frecuencia, la potencia y los materiales empleados en la edificación.
Como la ley limita la potencia y el alcance disminuye con frecuencias superiores, las nuevas bandas tienen menos cobertura que los sistemas Wi-Fi anteriores (con menor frecuencia). Esto es especialmente importante en aquellos hogares donde la señal debe “viajar” a través de varias paredes entre la antena emisora y el dispositivo conectado. Por lo tanto, las habitaciones más alejadas del punto de acceso Wi-Fi no tendrán una cobertura aceptable.
Este efecto, conocido como Path Loss, depende principalmente de la distancia y del número (y materiales) de las paredes entre la estación base y el dispositivo móvil.
Otras obstrucciones en el radio path pueden tener un efecto muy negativo; los elementos metálicos y las conducciones de agua, como los encontrados en baños, cocinas y despensas, fomentan el bloqueo de la señal.
A veces, estos obstáculos no son visibles. Por ejemplo, las mallas de refuerzo de pantallas metálicas y las alambradas de casas victorianas también impactan en redes Wi-Fi.
Hay que recordar que los dispositivos non-Wi-Fi, como antenas de televisión analógica, monitores de bebé, dispositivos Bluetooth y hornos microondas, comparten los mismos puntos del espectro con Wi-Fi y, por consiguiente, interfieren con las señales y degradan su rendimiento.
Problemas de salud asociados a redes Wi-Fi
Los últimos “obstáculos” conciernen a los problemas de salud causados por Wi-Fi. Existen diversos estudios que muestran algunas evidencias de los efectos de las frecuencias Wi-Fi (rango microondas) y los niveles de potencia en la salud de las personas, especialmente en los niños.
De hecho, el Consejo Europeo ha emitido una recomendación para limitar el uso de Wi-Fi en centros escolares y lugares con presencia de los más pequeños, y está considerando tomar medidas legales para reducir la exposición a señales potencialmente peligrosas.
Uso conjunto de Wi-Fi y POF: la mejor alternativa en redes domésticas
Una solución ideal en redes domésticas consistiría en contar con los beneficios de movilidad e instalación libre de cableado de Wi-Fi sin las restricciones de cobertura y rendimiento ni el riesgo potencial para la salud.
Una alternativa óptima se compone de un backbone de fibra óptica plástica (POF) que conecta el hogar a través del cableado de las paredes, en combinación con los Wi-Fi spots individuales en cada habitación que requiera una conexión Wi-Fi. Esta solución une los beneficios de Wi-Fi y POF y contribuye a eliminar las restricciones mencionadas en este artículo.
Los Wi-Fi spots localizados en cada habitación permitirán una reducción de la potencia de señal radiada para adecuarse al rango limitado requerido para “cubrir” la sala y, por lo tanto, solventar todos los problemas de cobertura, fiabilidad y salud a la vez.
Además de esto, como los requerimientos de potencia se reducirán en función de las necesidades específicas para cubrir una habitación, también se elimina la congestión al poder reutilizar canales superiores y se alcanza un mejor rendimiento de los canales Wi-Fi, lo que se traduce en mayor velocidad para dispositivos móviles.
El backbone POF proporcionará todo el ancho de banda disponible en el punto de acceso a Internet a las localizaciones Wi-Fi de cada habitación sin pérdida de rendimiento.