Con una densidad de fibras récord, los cables microducto Sirocco Extreme 576f son también resistentes al doblado.
Prysmian Group, compañía especialista en sistemas de cable para sectores industriales tales como el de la energía o las telecomunicaciones, anuncia la ampliación de la línea Sirocco Extreme de cables microducto con el tipo 576f, el cual -y según la empresa- bate récords en materia de diámetro y densidad de fibras para cables de microducto soplados.
El presente nuevo tipo de cable, del cual podemos encontrar una referencia en este catálogo de la compañía (en la página 6), puede albergar hasta 576 fibras en un diámetro de tan solo 8,2 mm, lo cual significa una densidad de 10,9 fibras por milímetro cuadrado, y puede instalarse en un portador (duct) de 10 mm.
Como el resto de los productos de la gama Sirocco Extreme, los cables microducto Sirocco Extreme 576f utilizan la fibra Prysmian’s BendBrightXS 180 µm de modo single (ITU-T G.657.D, G.657.A2) insensible a la flexión, y que es compatible para empalmado con cualquier fibra estándar, lo cual le permite construir una completa solución a prueba de futuro, preparada para soportar la evolución de los sistemas.
Además, gracias a estos cables microducto, el proceso de instalación de las redes también se convierte en más rápido y barato. Son idóneos para su uso en acceso de alta densidad, fibra FTTx, y redes 5G.
Normativas internacionales cumplidas
Las fibras en las que se encuentran disponibles de manera estándar van desde las 192 hasta las 576, y cuentan con certificación con los estándares internacionales de rendimiento óptico y mecánico, además de beneficiarse del uso de la tecnología PicoTube de la misma Prysmian Group, la cual les permite hacerse un 15% más pequeños que los cables microducto Sirocco HD, los cuales ostentaban hasta ahora el récord de la compañía con 200 µm.
Como resultado de esto, se puede instalar más fibras en un espacio congestionado de estos cables, y podemos emplear cables más pequeños para realizar nuevas instalaciones, reduciendo con ello los costes de instalación y el uso de menos materiales en crudo.
Todo esto proporciona, a su vez, mayores beneficios gracias a la disminución del coste total de despliegue de la red, y a una menor huella medioambiental.