El crecimiento de la nube y, sobre todo, el mayor desarrollo de los centros de datos hiperescalares están impulsando los estándares de transmisión para redes Ethernet aún más rápidos.
También han contribuido a este impulso las aplicaciones que hacen uso de la Inteligencia Artificial (AI) o el Aprendizaje Automático, así como la creciente implantación del teletrabajo, que están llevando a un crecimiento de los anchos de banda.
El protocolo Ethernet está respondiendo a estas crecientes necesidades y pronto soportará velocidades de 800 Gbit/s. Es más, la Ethernet Alliance ya está trabajando en la velocidad de transmisión que seguirá a la de 800 Gbit/s, es decir, 1,6 TBit/s.
Con este rápido crecimiento de las velocidades, se prevé una velocidad de Ethernet de 3,2 TBit/s para 2025 y de 6,4 TBit/s para 2028.
La transición de los transceptores de 400G a 800G
Debido a esta creciente necesidad de ancho de banda, la demanda de transceptores ópticos de 800G también está aumentando y representará una tendencia inevitable en los próximos años. Los expertos del mercado consideran que el 400G se mantendrá hasta 2023 y que el 800G se impondrá a partir de 2025.
Los principales consumidores de estos transceptores serán, como se ha mencionado anteriormente, principalmente los hiperescalares.
Esta evolución no se producirá, para los usuarios más pequeños o incluso para los grandes centros de datos empresariales, hasta la segunda mitad de la década de 2020.
Los dos transceptores MSA (Multi Source Agreement) OSFP y QSFP-DD 800 ya han propuesto especificaciones para los transceptores 800G. En este artículo, echamos un vistazo a algunas de las especificaciones.